Ojalá la película empezara por el final y estuviera cubierto de marcas con las que poder ir reconstruyendo la historia y a los dos minutos no me acordara de nada...
Mi memoria de pez no da para mucho, aún así cumple con lo cometido y no me deja tranquilo.
Entonces lo hago al revés, cuando no hay que recordar, tengo la necesidad de acordarme de que siempre queda un hueco de piel que ocupar con algo que me recuerde que debo olvidar.
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