Felipe se despierta y el olor a chamusquina le recuerda que Godzilla pasó por su casa.
Se asoma a la ventana y ve a una familia acampada en el tejado de enfrente.
En la calle no hay rastro de agua pero no queda un sólo árbol de pie.
De hecho, árboles, coches, farolas y bocas de incendio han sido engullidos por socavones que, extrañamente, no tienen forma de pie de monstruo.
El contador geiger de la farmacia indica un nivel de radioactividad desorbitado: 273.
Exactamente el número de días desde que todo se vino abajo.
A Felipe le convienen unas vacaciones. A ver si lo sacas a pasear!
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